El carácter lúdico del proyecto permitió aprovechar los vacíos y dobles alturas para plantear un programa de ocio, entretenimiento y cultural enriquecido con relaciones espaciales horizontales y verticales. Programáticamente, en planta baja se situaron tres contenedores alternados: el primero de servicios (baños y oficina) y dos de comida para generar áreas abiertas con mesas y puntos de concentración para eventos culturales o espacios para ferias itinerantes. A modo de sobreposición se situó un cuarto volumen en planta alta, albergando un área de exposición para galerías y cafetería con áreas de estar, descanso y de estudio para los estudiantes.